No sé tú pero a mí no me gusta que me “obliguen” a regalar, ya lo hablamos hace poco en Navidad. En San Valentín, parece que el amor hay que demostrarlo a golpe de objetos y corazones rojos. Que solo puedes “regalar” amor a tu compañer@ de vida y que “Love is in the air” porque a los grandes les da la gana. Y yo me pregunto… ¿Qué hay de tu amor? Las parejas van y vienen, pero si hay algo seguro es que tú vas a ser tu compañera de vida hasta que la muerte os separe (que espero sea dentro de muuucho tiempo). Así que si hay alguien a quien tienes que demostrarle lo mucho que la quieres; esa eres tú querida mía.
Hoy vamos a hacer un programa de autoamor para San Valentín (si ya tienes plan ese día, vale también el día antes o el de después, que tampoco es cuestión de renunciar a las cosas buenas)
Se trata de que te mimes, que te dediques un rato (largo) y te regales un San Valentín a medida… Lo que te propongo es una cita con la mejor persona que conoces… tú.
Vamos allá, aquí tienes unas ideas para dedicarte hoy, mañana o cualquier día del año. ¿Te apuntas?
- Marchando una de autoestima. Un ejercicio que me encanta y que me resulta muy útil de tanto en tanto, es escribirme una carta a mi “yo” del futuro o incluso del pasado. ¿Qué le dirías a esa pequeña que soñaba despierta? Escríbelo. ¿Cómo quieres que sea tu futuro? Visualízalo y anótalo todo en un papel. Si te da pereza, puedes enviarte un audio de whatsapp, que para eso estamos en 2018. A mi me hubiese encantado recibir esa carta hace 10 años, mientras recogía mis cosas huyendo de aquella relación que me hacía tanto mal. Diría algo así: Tranquila querida, ser valiente tiene premio: antes de lo que crees dejará de doler. Aquí hay personas maravillosas deseando conocerte. Te espero guapa.
- Enciende una vela. Busca un lugar en casa para desconectar y tómate tu tiempo. Enciende la vela y deja que el aroma inunde tu rincón. Disfruta de la experiencia de no hacer nada. Pero NADA DE NADA.
- Date un baño relajante. Es obligatorio que te mimes como te mereces de vez en cuando y que te permitas enamorarte de tu cuerpo y de tu preciosa persona. Nota: Si eres madre es muy importante que cierres el pestillo.
- Túmbate en un lugar en el que estés cómoda y ponte música. Tu música favorita.
- Para terminar, puedes calentar un saco de semillas y colocártelo donde te pida el cuerpo.