Coser juntas es la clave para disfrutar de esta pasión.
¿Sabes por qué es tan importante para mí esto de "coser juntas"?
Igual piensas que llevo cosiendo desde que tenía 4 años… ¡qué va!
Desde pequeña llevo viendo coser a mis abuelas, seguramente igual que tú (o a tus tías o a tu madre…)
¿Pero coser yo?…
Ni poner un botón. Mi abuela me enseñó a hacer punto, eso sí, y siempre tengo una o dos labores empezadas, aunque le dedico menos tiempo del que me gustaría.
Recuerdo perfectamente la situación en la que me encontraba hace 5 años…
Mi hija mediana recién nacida, la mayor con 2 años y yo superada por todas partes. No tenía ni un momento para ninguna actividad para mí, todo suponía demasiado tiempo y no podía… y ahí estaba, cada vez más triste cuando todo el mundo espera de ti que estés pletórica.
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Un día, paseando por mi barrio, entré en una mercería que ya había visto algún día. Tengo un problema con las mercerías… me pasaría allí toda la vida y lo compraría todo, todo 🙂
Y allí… en la mercería Amelia, comenzó todo. Cada semana esperaba ansiosa que llegara el miércoles porque de 17.00 a 20.00 h me juntaba con otras mujeres para coser y charlar. Y de verdad, no sé que hubiera sido de mí sin esas tardes de los miércoles. Ese lugar en el que podía despotricar de todo y reir al mismo tiempo, donde los dramas se mezclan con auténticas comedias y de paso, cosíamos como locas.
Lucía perdió a su padre hace un tiempo. Es curioso como la sociedad tiene estipulado los tiempos e intensidad de duelo para cada pérdida que sufrimos. Y si nuestro dolor se alarga más allá de ese tiempo… pues no hay permiso para estar triste o apagada. Y Lucía esto lo sabe muy bien.
Llevaba mucho tiempo sin escucharla ilusionada, vivimos lejos y hablamos de vez en cuando por teléfono. Pero el otro día fue diferente. ¿A qué no te imaginas lo que me contó entusiasmada?
Pues que se había apuntado con su madre a un grupo de costura y estaban literalmente como dos niñas chicas (eso no me lo dijo, pero se le notaba en la voz). Lucía tenía ganas de hacer alguna actividad con su madre, algo de lo que poder disfrutar juntas y vio la oportunidad en un curso de patronaje que ofrecían en su barrio y allá que fueron.
Esto es literalmento lo que me explicó:
“Buah, estoy emocionada. Nos hicimos una falda y eso que empezar fue muy complicado pero ahora me estoy haciendo una blusa – bueno, es la blusa más cara de la historia porque le he dedicado horas infinitas 🙂 – y tengo en proyecto un vestido y me quiero hacer una chaqueta…
Me hace ilusión, me relaja mucho, me desconecta y me encanta. Además, es un rato que paso con mi madre, para las dos, y nos mola mucho”
Lucía, querida, has puesto las palabras exactas a eso que llevo tanto tiempo experimentando. La Experiencia Morucha es precisamente eso: relajarte, desconectar, disfrutar, dedicarte tiempo…
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Pero… además de Lucía, hay otras personas que también lo están viviendo. En la Experiencia Morucha hablo de “hacer magia con tu máquina de coser” y me refiero a esto tan profundo.
Ilusionarte como una niña ante un nuevo reto, conseguir acabar un proyecto que te parecía imposible, descubrir que te han pasado horas sin darte cuenta y ni has comido, desear en secreto que todo el mundo se vaya para perderte en tu rincón de costura…
En definitiva, sentirte mejor. Olvidarte un rato de las mierdas que tiene la vida a veces y centrarte en las maravillas.
Pero no creas, que soy muy consciente que muchas veces es imposible ir a un taller presencial, un día fijo con un horario determinado. Tú quieres experimentar lo mismo que Lucía y en este momento de tu vida no puedes.
Ah no, eso sí que no. He creado la Experiencia Morucha para que ni el tiempo ni la distancia sean un freno nunca más. Una comunidad súper potente de Magas que estamos ya alucinando de crear con nuestras manos… Igual podemos empezar a hablar de adicción en algunos casos 🙂
He vivido muchas veces como la ilusión y las ganas de hacer un proyecto se van al traste al encontrarme un problema técnico que lleva horas y horas resolver. En la Experiencia Morucha eso es historia, cuando una Maga VIP se encuentra algún imprevisto sólo tiene que silbar y el resto vamos al rescate.
¿Y sabes qué?
Que tú puedes ser una de esas Magas VIP y empezar, desde ya, a ilusionarte como Lucía y su madre. A vivir la Experiencia de coser en compañía, a superar retos y buscar nuevas aventuras.
Te veo dentro querida.
Un besazo,
Isa